jueves, septiembre 28, 2006

Un ritual argentino


Bueno ya hable del mate y lo que significa en nuestra cultura ahora llego el turno del ASADO.

El asado a la parrilla es el que se prepara en todas las casas de los argentinos. Reúne el grupo familiar y los amigos en todas las ocasiones; un cumpleaños, un feriado nacional, un sábado a la noche, un domingo al mediodía en una casa quinta. Todas las casas prevén la planificación de un lugar abierto o cerrado adonde instalar la parrilla . Estos verdaderos "hogares" se convierten en el centro principal de la casa, los únicos realmente habitados y disfrutados. El tiraje debe ser perfecto para evitar el desastroso efecto del retorno del humo: no es extraño asistir a asados donde los comensales esperan en la vereda la ahumada cocción de la carne...El fuego puede hacerse con madera tipo quebracho, pero se prefiere por razones ciudadanas, usar carbones de buena leña y cuando están bien encendidos, sin que despiden humo y cubiertos de una blanca ceniza, es hora de dar una limpieza final a la grilla mediante un papel blanco resistente o trapo de arpillera seco y limpio y untarla con pedazos de grasa recortada de la misma carne por asar. Generalmente se asa la cantidad en kilos necesaria de un costillar cortado en tira anchas o finas, algún matambre abierto de ternera o varios si son de cerdo, un pedazo de vacío, chorizos y morcillas. Puede complementarse el asado con mollejas, riñoncitos, chinchulines y hasta con vegetales como cebollas blanca cortadas por la mitad condimentada con aceite de oliva y sal, morrones de todo tipo, que una vez asados, se condimentan con aceite de oliva, vinagre y sal. En pocas palabras, no hay nada que no se pueda poner a la parrilla por que como dice el sabio: todo bicho que camina va a parar al asador...La regulación de las varias cocciones de los elementos que van a la parrilla para sacarlos justito en el momento que corresponde para comerlos, es una profunda experiencia que un buen asador debe adquirir con tiempo y durante toda la vida. El arte de asar es como todas las artes: están los genios y los chambones.

El argentino cocina la carne, sea al asador o a la parrilla, con el puro calor de las brasas, sin humo ni emanaciones tóxicas. Es todo un maestro. Cuando se trata de hacer el tradicional costillar al asador, al aire libre, empieza por encender el fuego con muchas ramitas secas, con hojas de diario arrugadas por debajo y mientras las llamas se avivan, coloca trozos de madera dura, como quebracho o algarrobo, formando una hoguera que arde despidiendo un gran calor. Y espera que se vaya convirtiendo en brasas que caen rojizas en la base del montón de leños ardiendo. Cuando el humo cesa y toda la madera se transforma en viva brasa con pequeñas y azules llamitas, entierra ya la cruz asadora con el costillar perfectamente estaqueado mediante ganchos tipo carnicero, mirando las costillas el fogón y ligeramente inclinado, a una distancia de uno a dos metros para que sólo el calor inexorablemente empiece a cocinar la carne. De dos a tres horas se necesitan por lo menos, para lograr un dorado con cocción casi total. En este punto se lo da vuelta y se lo acerca para quemar la grasita del lado externo del costillar hasta un dorado crocante. Previendo la insuficiencia de brasa para terminar la cocción, se hace generalmente un fuego secundario, para alimentar así el principal. Pero no solamente este fuego secundario tiene tal fin: sirve para esparcir sus brasas debajo de una parrilla, tipo cama entramada, para asar chorizos y morcillas, chinchulines y tripa gorda, mollejas y riñoncitos, pimientos y cebollas blancas... Y mientras la brasa se consume, con una pala de cabo largo, se va reponiendo. Todas estas exquisiteces, puestas en la parrilla, deben llegar a un punto de cocción optima, así que nuestro hombre, no solamente es un experto en el manejo del fuego, sino también, un atento administrador de los tiempos. Este esforzado asador debe llegar siempre a la hora justa para comenzar el gran banquete, sirviendo chorizos, morcillas y otras especialidades primero, en tanto pone el máximo cuidado para que la carne no se le pase. Entre un vino y un choripán, finalmente llega el momento de desarmar y colocar sobre un rústico mesón la dorada y seguramente sabrosa pieza. La corta en trozos con maestría y la envía, en fuentes, a los impacientes y voraces comensales. Personalmente, me da más placer, acercarme al fogón y hacer cortar una buena presa, a lo largo, directamente del costillar todavía intacto: siempre va a estar mas crujiente, jugoso y a la vez a punto. La carne se acompaña siempre con una abundante ensalada de lechuga, tomate y cebolla; de papas, remolacha, cebolla y huevo duro; de rabanitos é hinojos, etc. etc. .

Asado con cuero

Cuando los gauchos hacían una fiesta preparaban un asado con cuero. Todavía hoy es el mejor agasajo de la gente de campo, especialmente al recibir la visita de extranjeros que desean conocer las viejas costumbres criollas.Para prepararlo, se mata una vaca o una vaquillona, sin perseguirla, porque el cansancio perjudica el sabor y la frescura de la carne. Sin sacarle el cuero, se deja orear durante toda la noche; en la madrugada se hace un buen fuego y, cuando sólo hay brasas, se asa lentamente sobre grandes parrillas, poniendo la carne con la parte del cuero hacia arriba.El asado está a punto cuando al tirar de los pelos, éstos se desprenden con facilidad. Según la costumbre, suele darse vuelta la carne y dejar que se tueste bien el pelo. Luego se retira del fuego y se sirve cuando está fría. Preparada de este modo la carne adquiere un sabor exquisito y gusta a todo el que la prueba.

Asado con cuero
Ingredientes
Carne de una vaquillona de18 meses, cortada en 3 partes, sin quitar el cuero: las paletas, los cuarto traseros y el costillar.Sal y pimienta.Salsa criolla.Leña abundante para el fuego.Chapa de zinc para cubrir.

Preparación
Preparar una zanja en tierra de 0, 50cm de profundidad por 1,20 cm de largo y 0,50 cm de ancho. Colocar la leña, encender el fuego, y mantener encendido por 3 o 4 horas, para que se caliente bien el hoyo, vigilando que no se consuma la leña. Transcurrido ese tiempo, quitar todas las brasas y limpiar el hoyo. Colocar los trozos de la ternera con el cuero apoyado en la tierra que estará a gran temperatura. Tapar la carne con la chapa de zinc. Distribuir sobre la chapa todas las brasas que se retiraron de la zanja. Mantener el fuego constante por lo menos dos horas más. (No destapar durante la cocción). Transcurrido ese tiempo, retirar la chapa, sacar el asado, limpiar el cuero con un trapo húmedo y servir. Para servir frío, envolver los trozos de carne en lienzos limpios, y dejar reposar así, hasta el día siguiente. Luego, cortar en porciones individuales. Condimentar con sal, pimienta y salsa criolla a gusto.

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2 Comments:

At 11:59 a. m., Anonymous Anónimo said...

Ja son las 12 y estoy en un ciber, no sabes despues de ver este asado en brean que me dio, muy bueno el blog.

 
At 7:25 a. m., Blogger kuka said...

O mais difícil para mim é apanhar a vaca sem a cansar. Mas que gostava de comer, lá isso gostava! e muito.

 

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